Primer rodada IDS
El domingo 25 de enero, los estudiantes de Ingeniería en Desarrollo Sustentable (IDS) del Campus Ciudad de México y Santa Fe, tomamos las calles de las delegaciones Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo. Ocupábamos el carril completo y marcábamos los movimientos apoyados por los compas de Biciorientados. Cada uno subido en una bicicleta, dimos un agradable paseo dominical por la Ciudad de México: la #RodadaIDS se materializó y de qué manera.
La cita fue a las once de la mañana en la esquina de Sonora con Parque España. Ahí nos encontraríamos el grupo con Rock&Ruedas, la compañía que nos prestaría algunas bicis para quienes no llevaron la propia. Llevaron desde bicis urbanas tipo holandesa hasta tandems; sumadas a las de montaña, híbridas y de piñón fijo que cada quien llevaba, terminamos con un contingente muy diverso de bicicletas.
El tiempo pasó y cada vez más compañeros y compañeras de la carrera iban llegando, incluso nos acompañó el director de la carrera en el Campus Santa Fe. Cerca de las 12:30, los Biciorientados se presentaron y nos hicieron saber un breve pero importante protocolo de seguridad. Ellos estarían dirigiendo la rodada, abriendo el camino y “barriendo” al final del grupo, evitando que alguno quedara rezagado.
Salimos del Parque España rumbo al norte para llegar cruzar la avenida Insurgentes. Unas cuadras más adelante, doblamos para llegar a nuestro primer punto del recorrido: el Huerto Roma Verde. Nos contaron la historia a detalle del lugar: perteneciente al ISSSTE, el terreno había albergado edificios de interés social hasta antes del terremoto de 1985, cuando se derrumbaron. Desde entonces había quedado como un lote baldío.
Conociendo la falta de espacios dedicados a la agricultura urbana y la permacultura en esta ciudad, el equipo de Huerto Roma Verde decidió intervenir el espacio. Ahora es un punto de encuentro comercial, cultural y educativo. Ahí se producen, consumen y venden hortalizas orgánicas; cuenta con la participación activa y voluntaria de niños de escuelas cercanas; captan agua de lluvia para aprovecharla después; son sede de un albergue de gatos callejeros; producen composta en sinergia con los restaurantes locales; dan talleres; son sede de numerosos eventos… la lista es larga.
Huerto Roma Verde, como pudimos comprobar presencialmente, es un proyecto integral que busca tender a la sustentabilidad social, ambiental y económica. Emociona mucho saber que existen proyectos tan importantes como este que sí están funcionando. Saber que aterrizando los proyectos (por más ambiciosos o poco factibles que puedan parecer en una primera impresión) y trabajándolos poco a poco, al final se puede contar con un espacio que sirve como ejemplo.
Terminando nuestro recorrido por la primera parada, los Biciorientados nos llevaron al segundo punto de la rodada: la Casa del Agua. Este proyecto, mexicano y local, puede parecer un poco extraño de botepronto: comercializan agua de lluvia. Sí. Increíblemente, podrían pensar, le ponen un precio al agua que ellos captan y embotellan. Sin embargo, no es tan sencillo ni tan descabellada su idea una vez que se toman el tiempo de conocer a fondo el proyecto.
El agua que comercializan, en principio, es la precipitada sobre la superficie del local. Cuentan con un primer filtro, que es un pequeño jardín, el cual, bajo el principio del ciclo del agua, se encarga de retener agua para luego aprovecharla en el crecimiento de la vegetación. La que no retiene, atraviesa el sustrato y es colectada debajo de esta superficie. Como imaginarán, ese primer filtro es uno muy básico y no deja el agua con la calidad suficiente para ser potable, considerando que es lluvia de la Ciudad de México.
El proceso de filtración, empero, continúa a través de un equipo de la empresa mexicana Isla Urbana (hemos hablado ya de ellos aquí y aquí). El tren de filtrado comienza con un separador de primera lluvia, el cual se encarga de desechar los primeros 50 litros de agua de lluvia, los cuales se encargaron de llevarse los contaminantes atmosféricos presentes en el aire. Así, con una calidad superior, el agua pasa a un filtro micrométrico, el cual se encarga de detener sólidos de igual o mayor tamaño que el grueso de un cabello. Para terminar el tren de filtrado de Isla Urbana, saliendo del filtro micrométrico hay un filtro para características organolépticas del agua (color, olor y sabor).
El agua que sale del tren de filtrado de Isla Urbana es ya agua potable. Sin embargo, en la Casa del Agua no se detuvieron ahí. Hay un siguiente punto en el proceso, en el cual se destila el agua y alcance un alto nivel de purificación. Teniendo agua con calidad cercana a la de laboratorio, hacen pasar el flujo por minerales y un par de imanes que ionizan esos minerales, dándole valor mineral al agua que se obtiene. Finalmente, colectan el flujo en un contenedor de cristal, de donde se obtiene el agua para embotellar.
¿Qué tan efectivo es el largo proceso? En una demostración presencial, se comprobó que el agua que ellos comercializan tiene 1 ppm de sólidos disueltos. ¿Cuánto requiere la NOM? 20. ¿Cuánto ofrecen las marcas de agua embotellada de Pepsico y Femsa? Arriba de 120. Sí. Más que como estudiantes de nuestra carrera, como consumidores de estos productos, fue sumamente ilustrativa la prueba que se nos mostró. Nos dejó con más preguntas que respuestas, pero a sabiendas que existen opciones para poder consumir agua que, con certeza, cumple con los requerimientos de la Norma Oficial.
Después de las demostraciones y las pruebas de agua que nos dieron, partimos rumbo al último punto de encuentro: Chapultepec. Ahí no tuvimos ninguna demostración ni nos detuvimos a inspeccionar algo del parque, sólo fue una parada para dar una vuelta, echar unas carreritas y despedirnos. Después de cinco horas de recorrido por esa zona de la ciudad, la rodada había llegado a su fin. Agradecimos a los Biciorientados, a Rock&Ruedas y al grupo de Santa Fe, quienes organizaron de gran manera este evento, y emprendimos camino de vuelta, esperando con ansias la próxima rodada.