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Las fiestas ya acabaron… ¿Y qué fue de la basura?

Existe una época del año en la cual ocurren muchas festividades, una tras otra en un tiempo muy corto, se puede decir que todo empieza en octubre con las celebraciones de Halloween (si es que lo celebran), nos pasamos al Día de Muertos, luego tenemos las posadas, con el Guadalupe-Reyes, Navidad, Fin de Año, la llegada de los “Reyes Magos” (claro que acompañados de una rosca y ponche) y después el día de los tamales, la Candelaria… ¡Uff, todo en solo unos cuantos meses!

En esos días muchos están pensando en el disfraz, en la fiesta, en la comida, en que le van a comprar a la familia, a los amigos, a la pareja, a los hijos… hasta al loro le dan algo especial; pocos se paran un momento a pensar en la cantidad de residuos que se generan en estos meses, dado que en las fiestas no pueden faltar los vasos, los platos, las servilletas, los dulces y, en muchos casos, las botellas.

No está mal celebrar y disfrutar de estas fechas especiales, pero hay que considerar en el consumo excesivo y pesar en qué se va a hacer con todo lo que queda de residuo, porque lo ideal es no seguir incrementando las cantidades masivas de residuos que terminan en las calles o en los botaderos.

Aquellos que les entusiasma organizar fiestas pero no les gusta o no les da tiempo de lavar platos, compran cubiertos y platos desechables. Actualmente existen varias productos biodegradables que pueden ser una buena opción para evitar los productos con largos tiempos de degradación. Estos productos están hechos a base de diferentes materiales que por sus características tienen un tiempo de degradación más corto, pueden estar hechos a base de bambú, bioplástico, fibra de caña o almidón de maíz.

Uno puede pensar que estos productos pueden ser más frágiles o que no pueden tener la misma funcionalidad del unicel o el plástico común, pero eso es incorrecto, ya que cuentan con una gama muy amplia de productos, se pueden comprar desde tenedores hasta vasos térmicos para café.

¿Y para la hora de la limpieza después de la fiesta y el caos que los invitados dejaron a su paso? Para ese momento en que uno recoge todo el desastre también hay opciones de materiales con menor impacto para el ambiente como bolsas de basura biodegradables las cuales vienen en diferentes tamaños y hasta por colores (lo que puede ayudar a la clasificación de los residuos).

Eso sí, hay que remarcar algo muy importante: el hecho de que existen estos productos, no quiere decir que uno pueda consumirlos en mayor medida o indiscriminadamente, se crearon con el fin de reducir el tiempo de degradación de los productos plásticos; su consumo en exceso lleva al mismo problema que se intentó solucionar: Exceso de basura que tarda mucho tiempo en degradarse.

Ahora bien, ¿qué pasa con los regalos?, ¿es posible desperdiciar menos papel o plástico en las envolturas? La respuesta es: ¡Sí! Para eso se pueden hacer varias cosas, se puede buscar envolturas recicladas (re-utilizar envolturas o esas cajitas con cartón reciclado son buena idea), o puede salir la creatividad propia (encontrar la forma de dar un regalo sin envoltura es buen reto mental) o incluso se puede involucrar algo de humor (envolver los regalos en periódico para hacerle la broma a alguien), todo depende del esfuerzo que uno esté dispuesto a hacer.

Incluso la SEDEMA utiliza la frase: “Sin moño y sin bolsita” para alentar a la gente a reducir los residuos que se generan al desechar estos materiales, lo que es algo muy bueno y que debería ser más difundido.

Así que, para las fiestas que siguen, hay que buscar la forma de reducir nuestros residuos a la hora de celebrar.

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Referencia:

“Sin moño y sin bolsita”. Consultado el 22 de enero de 2015, de: http://www.sedema.df.gob.mx/sin-mono-sin-bolsita/#.VMbDsf6G98F

Ana Cervantes. Estudiante de tercer semestre de Ingeniería en Desarrollo Sustentable.

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