Hacia una economía basada en el hidrógeno
Al conectar un celular, computadora o cualquier dispositivo electrónico a la corriente eléctrica o
utilizar un automóvil para trasladarnos de un punto a otro, no importa si es particular o público,
no alcanzamos a dimensionar el daño que ocasiona su uso; no sólo es el uso per se, también los
procesos y transporte requeridos para generar dicha electricidad, sea cual sea su método de
obtención. Es por eso que una propuesta reciente (la primera aplicación doméstica registrada en
Estados Unidos corresponde a 1998) para solucionar los problemas que ocasionan autos y
consumo eléctrico por igual, ha sido el hidrógeno.
Las investigaciones y experimentos desarrollados para alcanzar el objetivo ideal de crear un
automóvil libre de emisiones han sido realizados desde hace años por grandes y pequeñas
organizaciones por igual. Las que más impacto han tenido, claramente por su desarrollo en el área,
han provenido de empresas como Toyota, Honda, Tesla, y Fisker.
A pesar de que el hidrógeno ha sido utilizado desde hace tiempo, fue incluido para el plan del
departamento de energía de Estados Unidos del 2004 como la energía limpia principal para el país.
No se conoce por completo cómo se lleva a cabo la reacción, sin embargo, se ha encontrado que la
acidez del medio y la energía liberada al adherirse a un metal son los factores más importantes.
Últimamente, el uso de celdas de hidrógeno como principal fuente combustible ha cobrado auge
en el sector automotriz por su alta disponibilidad, eficiencia y maleabilidad. No obstante, el
transporte del material para su uso comercial excede el costo de producción con los sistemas de
obtención actuales; además, es necesaria una placa de platino para llevar a cabo las reacciones
químicas de la celda de hidrógeno, lo cual hace de esta fuente una alternativa sumamente costosa
en comparación con la gasolina.
Además de ser flexibles en cuanto a producción de electricidad se refiere, puede alimentar desde
un celular hasta una casa. Las celdas de hidrógeno tienen muchas ventajas: es menos peligroso que
la gasolina y otros combustibles, ya que se dispersa en el ambiente evitando la contaminación de
océanos y ríos y no produce flama; su uso puede aplicarse a tecnología ya existente, es decir
motores y turbinas; es más eficiente su producción de energía comparado con la gasolina, más o
menos dos y media veces más. 1
Si bien la tecnología actual no permite la distribución comercial y masiva del hidrógeno como
fuente principal de generación de energía, muchos autores, yo concuerdo con ellos, creen que en
un futuro no muy lejano puede ser la opción ideal para sustituir a los combustibles fósiles.
1. Busby, R. Hydrogen and fuel cells: a comprehensive guide (Google eBook). PennWell
Books: Oklahoma.
Juan Pablo Tello, alumno de la carrera IDS. Interesado en energías renovables y medios de producción alternativos. Maestro cervecero en proceso y apasionado por la danza.
Contacto: juanpatere@hotmail.com